приклади
Impaciente, tiré de la cerradura, y junto con las tijeras cayó también una reliquia metida en una funda de plástico, una fotografía, amarilla como el Sahara, del Sinus Aurorae, mi pista de aterrizaje número 1, donde no había aterrizado nunca.
Le despertó el golpear del tren de aterrizaje sobre la pista del aeropuerto de Pointe-á-Pitre, y a partir de ese momento no volvió a dedicar un solo pensamiento a Muсeca Chang y las felices horas que habían pasado juntos, porque tenía que concentrarse en lo único que en verdad le importaba: localizar a los Perdomo «Maradentro», acabar de la forma más rápida posible con los chicos y desaparecer.
Kit siguió sentada, inmóvil, unos instantes larguísimos tras el violento aterrizaje.
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