“AVENIDA” на російській мові

Así que sacudió la cabeza como para disipar una mala idea, arrojó el cigarrillo, se sujetó el sombrero y avanzó por la avenida con el viento de cara, de vuelta a su hotel.

Se lo quitó, llevándolo en la mano, y en vez de subir por Dar Baroud a la izquierda, como había sido su intención, tomó a la derecha, por la avenida cuyas palmeras agitaba furioso el levante.

Llegaban a la plaza del mercado y allí tendrían que abandonar las calles y salir a descubierto, ya que debían tomar la avenida principal que conducía a la biblioteca.

Se alzaba en medio de un jardín bastante frondoso; sobre un ala caía la sombra de unos magníficos olmos, la avenida estaba cubierta de grava y en el centro había un parterre de flores, seguramente caléndulas —la botánica es la única asignatura que no se exige al astronauta—.

Con la primera luz del alba se había vestido, puesto la trinchera y salido a la calle para dejar atrás el puerto y caminar despacio por la avenida que bordeaba la playa.

Los coches se alejaron uno tras otro, la avenida quedó desierta, y a pesar de que aún no se habían empezado a apagar las luces, yo subí a acostarme, con la sensación de haber sufrido un descalabro.

Había dado un corto paseo y fumaba un segundo Players apoyado en un quiosco de bebidas frente a la avenida de España, a resguardo del levante y con el rumor del mar a la espalda.