“GIRANDO” на російській мові

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Éste la detuvo en el aire con un encantamiento silencioso y la hizo flotar hacia él, girando lentamente, sin apartar la vista de la anciana hechicera.

El fuego azul se arremolinó en torno al recipiente, girando a su alrededor, acariciándolo.

La princesa se había probado una joya tras otra, haciendo posturitas y girando enfrente del alto espejo.

Ahora el anciano del millón de arrugas apuró su vaso y lo colocó boca abajo sobre la mesa, como si quisiera indicar que tanto sus ansias de beber como su relato concluían:— Al coronar la cima, allí, en aquella cresta del fondo, detrás del picacho gris, me detuve un instante a observar la montaсa que no cesaba de gruсir, y de pronto, seсor, y lo juro por mis hijos que murieron aquel día, vi cómo la falda del Montpelé se abría como si le hubiera nacido una boca inmensa roja y redonda, y de esa boca surgió una lengua de fuego; una larga llamarada que fue como flotando por el aire directamente hacia Saint-Pierre, girando y retorciéndose, silenciosa y espeluznante, y tras atravesar de parte a parte la ciudad, llegó al puerto, se tragó a los barcos y se alejó sobre el mar como una inmensa bola que se deslizara inofensivamente para perderse de vista en el horizonte.

La mayor parte de la hoja cercenada salió despedida hacia lo alto, girando sobre sí misma.

Rahl el Oscuro se paseó a su alrededor, los ojos prendidos en los de Richard, que lo seguía girando la cabeza.

Cuatro horas después, cuando aún quedaban dos cuartas de agua en el fondo del barco y ya parecían a punto de caer agotados, Abel Perdomo hizo un alto, lanzó un resoplido y girando la vista a su alrededor como si buscara a alguien a quien no podía ver, exclamó:— ¡Echa una mano, viejo…!

Acto seguido la princesa se miró en el espejo, girando la mano a un lado y al otro.

Le miró girando la cabeza levemente:— ¿Cómo dice…?

Los otros animales seguían girando alrededor de los caballeros, cautelosos con las armas afiladas pero, aun así, ávidos de sangre.

Entonces la tomó de la mano —ella la había alzado de nuevo para golpear, aunque no concluyó el movimiento— y la hizo volverse despacio, girando sobre sí misma, de cara a la cama sin deshacer, sobre la colcha intacta, instándola a apoyarse con las dos manos en ella.