“LEJANA” на російській мові

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Y se diría que allí, en aquel pedazo de Inglaterra trasplantado a un rincón del Caribe, era donde Muсeca Chang se encontraba más en su ambiente y a nadie podía caberle duda de que en cierta época, no muy lejana de su vida, debió de comportarse como una auténtica «lady».

Pasó la noche en vela tendido en su jergón muy cerca de sus cabras y su botella de ron, contemplando a través del ventanal sin vidrios las estrellas que colgaban sobre la lejana Montaсa de Corujo, y aún faltaban tres horas para el amanecer cuando se dispuso para la marcha, despertó a un vecino ofreciéndole tres duros por cuidar del rebaсo durante sus días de ausencia, y fue a sentarse a las puertas de la taberna a la espera de los «godos» que le habían contratado.

Bajo la visera, los ojos claros cobraban una expresión de lejana indiferencia.

Miraba el suelo mojado, reluciente de bruma y reflejos de luz lejana.

»La voz del capitán Quirós sonaba lejana y fatigada, pensó Falcó.

Estaba claro que en aquel momento le parecía tan lejana como la luna.

Se puso en pie y abandonó la estancia con aquel su paso elástico y altivo heredado sin duda de alguna lejana emperatriz perdida en la noche de los tiempos.

Sonaba lejana y temerosa.

Y ya no eran desde luego los mismos de aquella lejana semana en Rifien, cuando el flaco y fibroso Damián Centeno era capaz de echar seis polvos con el único requisito de cambiar de mujer un par de veces, o el impertérrito Justo Garriga se mantenía en gloriosa erección tres horas seguidas aceptando apuestas con las putas para ver cuál de ellas conseguía que eyaculara.

Ya ni hambre tenían, porque la sed vencía cualquier necesidad, y cuando el sol se ocultó en el horizonte coronando de destellos rojos la lejana nube, permanecieron con los ojos clavados en aquel punto, ansiosos por desvelar el misterio que ocultaba.

Más allá de las copas oscilantes de las palmeras, del edificio de la Aduana y del largo dique de piedra y hormigón, el mar era una lámina azul oscura salpicada de borreguillos de espuma que se extendía hasta la lejana línea gris de la costa de España.