“HUERTO” на російській мові

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Fue de nuevo hasta el ventanal, lo abrió de par en par, y aspiró el denso olor a higos maduros que llegaba del huerto.

Ya tarde, escuché voces allá por el jardín o el huerto y eso me sorprendió, pues el patrón no esperaba visita… Luego las voces subieron de tono, sonaban a discusión, y recordé que Abel Perdomo había intentado una vez más entrar a ver a don Matías… Me alarmé, comencé a vestirme y fue entonces cuando me llegó claramente un grito a los oídos… Salí como estaba, grité también preguntando qué ocurría, y vi cómo alguien escapaba saltando entre las viсas… Busqué, guiándome por unos lamentos que sonaban y encontré a don Matías tendido en el suelo y abierta la cabeza… Daba lástima verle.

Ya ni siquiera se acomodaba bajo las buganvillas del porche a observar cómo moría la tarde en Timanfaya, sino que aguardaba paciente, atrincherado en un vetusto salón de apolillados cortinajes, y únicamente cuando sobre el limpio cielo de la isla no brillaba más luz que la de cien millones de estrellas, escapaba al huerto o al jardín como una furtiva sombra más entre las sombras de la noche.

Roque Luna asintió convencido y Damián Centeno seсaló con un gesto el huerto y los viсedos.

Tuvo que aguardar casi dos horas hasta que la luz del gran ventanal se apagara y al poco advirtió cómo la puerta principal se abría, y la frágil y encorvada figura de don Matías Quintero, al que no había visto más que una vez en su vida, abandonaba el porche y se adentraba en las sombras del huerto que se extendía hasta las lindes mismas de los viсedos.

No todos los que se van a América logran hacer fortuna… De lo contrarío aquí no quedaría nadie… Le hubiera bastado volver y compartir lo que tengo… Esta casa y el huerto sobran para los dos… — Se había recostado en la pared a los pies de la cama, abrazándose las rodillas y observando fijamente a la muchacha—.

— El huerto y el jardín están plagados de sus huellas… Las mismas que dejó por la tarde en el camino de entrada… Nadie más vino ayer, y únicamente un hombre de su estatura puede dejar huellas de ese tamaсo… ¿Quiere verlas…?