“LEJOS” на російській мові

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sí seсor… Pintarías una caricatura de una hija de Elegbá, y las futuras generaciones sufrirían una terrible decepción al verla y no descubrir en sus ojos la luz que la diosa le concedió… —Con ambas manos torneó desde lejos la figura de Yaiza, que la escuchaba como hipnotizada—.

La fatiga y la desesperación se adueñaron de él, mientras ráfagas de viento helado hacían revolotear a su alrededor la capa como si quisiera empujarlo hacia adelante, lejos del Embudo.

Para hacerlo como es debido, para asegurarse de que no se desviaban, sabía que tenía que alinear al menos tres árboles, pero la bruma le impedía ver tan lejos.

Recordando justo a tiempo que los bozak eran tan peligrosos muertos como vivos, Brian gritó para poner sobre aviso a sus amigos y luego se volvió y se lanzó tan lejos del ser como le fue posible.

No muy lejos de Neraka llegó a una bifurcación en la calzada.

Así que anduvo tenso y alerta, aplicando todas las reglas de seguridad conocidas, utilizando la topografía urbana para cubrir sus pasos, vigilar su espalda, observar la complicada geometría de ángulos y líneas, de probables campos de tiro, lados buenos y malos, vías de escape ante cualquier amenaza, lugares críticos donde era vulnerable a un navajazo, a un disparo de lejos o a quemarropa.

Observaba indulgentemente, mientras Cristina Redfern saltaba ágilmente de piedra en piedra y comprobaba que su esposo nunca estaba muy lejos.

—Estamos muy lejos de nadie que quiera ayudarnos —repuso Kahlan, tras lanzarle una larga mirada de soslayo.

En el Tercio todo el mundo lo sabía: «Al que le guste lo que no es suyo que se mantenga lejos del regimiento de Centeno… Acabará en el hoyo».

Este había ido un poco demasiado lejos cuando empezó a invitar a beber a mujeres de moral dudosa, a fin de poner a prueba al detective que había contratado.

En cuanto el centinela vino a despertarle anunciando que el «Isla de Lobos» había desaparecido de su amarre, subió a la azotea y buscó con ayuda del catalejo dorado a todo lo largo y lo ancho del horizonte, aunque comprendió bien pronto que su enemigo no era estúpido y lo primero que habría hecho sería colocarse lo más lejos posible de su campo de visión.